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Lo invitamos a descargar nuestra lista de las 25 acciones climáticas en las conversaciones con sus compañeros y allegados y con los encargados de la formulación de políticas.

Los gobiernos, las empresas, las organizaciones no gubernamentales y los ciudadanos deben unirse para construir un mundo más limpio, más saludable y más próspero, para hoy y las próximas generaciones.

#AcciónClimática

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Muchas gracias a la Fundación ELYX por su colaboración en la concepción de un enfoque de pensamiento de diseño.

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PUNTOS DE VISTA DE LA OCDE

DISCURSO INAUGURAL: Reclaiming our Common Future, OECD
Sr. Ángel Gurría, Secretario General de la OCDE (julio de 2019)

ARTÍCULO: We need leaders to act in service of future generationsMary Robinson, Fundadora de Mary Robinson Foundation Climate Justice (3 minutos de lectura)

CRONOGRAMA: Milestones in the discovery of global warmingSpencer R. Weart, historiador y autor de El calentamiento global: historia de un descubrimiento científico

SDG PATHFINDER: Acceda a análisis y datos adicionales para informar la acción sobre el desarrollo sostenible/p>

VÍDEO: What’s the plan to address climate change?  

Anuna de Wever, Cofundadora de Youth for Climate Belgium (44 segundos)

PERSPECTIVAS

“Solo soy una niña y no tengo todas las soluciones, pero quiero que se den cuenta de que ustedes tampoco las tienen”. Severn Cullis-Suzuki, una niña canadiense de 12 años, pronunció estas palabras, no en el fragor de las recientes protestas de los jóvenes contra el cambio climático, sino en la Primera Cumbre para la Tierra, que se celebró en Río de Janeiro en 1992. Severn formaba parte de la Environmental Children’s Organisation (Organización Infantil del Medio Ambiente), que recaudó el dinero necesario para viajar a Río y exhortar a los adultos a trabajar juntos para salvar el planeta.

 

Ahora, unos tres decenios más tarde, la Sra. Cullis-Suzuki apoya activamente a Greta Thunberg, una colegiala sueca de 16 años que llama a la acción a nuestros gobiernos para que cumplan las promesas de larga data sobre el cambio climático, junto a millones de jóvenes en todo el mundo.

 

Los compromisos de los países de la OCDE para luchar contra el cambio climático se remontan a la Cumbre para la Tierra de Río de Janeiro y a su tratado, la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC). Pero a pesar de acordar objetivos en cumbres históricas desde entonces y de establecer el desarrollo sostenible como objetivo general, nuestros gobiernos han avanzado con demasiada cautela a la hora de invertir en energía solar y eólica y de reducir la dependencia económica de los combustibles fósiles.

 

La crisis financiera de 2008 supuso una oportunidad para cambiar a mejor. El clima ocupó un lugar central en la Estrategia de Crecimiento Verde de la OCDE para el período 2009-2011, mientras que, por su parte, el Sr. Ángel Gurría, Secretario General de la OCDE, abogó por una contundente acción climática y, desde 2013, esbozó un camino para conseguir el objetivo de reducir las emisiones a cero.

 

Cuando se suscribió el Acuerdo de París sobre el clima en 2015, el optimismo estaba en auge y la cooperación internacional alentaba a todos los países a lograr avances. Los costos de la energía solar y eólica iban en descenso, ciudades de todo el mundo planificaban formas de transporte más limpias y los países establecían ambiciosos modelos climáticos. Pero desde entonces, el clima de la Tierra ha seguido calentándose, lo que agrava la urgencia de cumplir, si no superar, nuestros objetivos acordados a nivel mundial.

 

La cumbre climática de noviembre de 2020 (COP26), será celebrada en Glascow, ofrece la oportunidad de reanudar el impulso. Es hora de que nuestros países se pongan en marcha para cumplir nuestros objetivos y ofrecer el futuro sin emisiones de carbono que todos merecemos.

Los compromisos son importantes para la confianza, la prosperidad y el bienestar. Cumpliéndolos, podemos reactivar el impulso y ponernos en el buen camino.

Es hora de cumplir los compromisos climáticos

ARTICLE:  Transformative change for a new climate economy

Helen Mountford, Directora del New Climate Economy Project (8 minutos de lectura)

Los gobiernos gastan unos 340.000 millones de dólares cada año en apoyo de la producción y el uso de los combustibles fósiles, mediante subvenciones directas y rebajas de impuestos. Esta es una cantidad substancial y comparable con el producto interno bruto (PIB) de algunos países. Se trata de dinero público que podría destinarse a otras prioridades, como la promoción y el desarrollo de infraestructuras de energía limpia. De hecho, la cantidad invertida a nivel mundial en energías renovables fue menor; se situó en unos 310.000 millones de dólares en 2017.

 

Destinar la inversión a alternativas bajas en carbono podría incrementar el PIB mundial en aproximadamente un 5 % de aquí a 2050, si tenemos en cuenta la creación de nuevas oportunidades y la evitación de los costos humanos y capitales del cambio climático por la contaminación del aire, las inundaciones costeras, los daños producidos por las tormentas, la sequía y otros impactos.

 

Movilizar recursos públicos y privados en todo el espectro financiero es fundamental si se quieren recaudar los billones de dólares necesarios para construir las infraestructuras sostenibles y si se quiere apoyar la creación de capacidad en los países en desarrollo y en las comunidades más pobres. Las instituciones financieras públicas, los bancos, los inversionistas institucionales, las corporaciones y los mercados de capitales tienen un papel decisivo que desempeñar.

 

La buena noticia es que disponemos del dinero. Pero debemos asegurarnos de que se canalice a los fines correctos. Los cerca de 2,5 billones de dólares que, según las estimaciones, se necesitan cada año para que los países en desarrollo cumplan el desafío de financiar infraestructuras para los Objetivos de Desarrollo Sostenible representan menos del 1 % de los activos financieros mundiales disponibles. Financiar y mantener las fábricas e infraestructuras sucias que funcionan con combustibles fósiles también costaría muchos billones de dólares. Juntos debemos utilizar instrumentos de política, como la fijación de precios, para desviar esta financiación de las fuentes de energía no sostenibles a otras que puedan ayudar a cumplir los objetivos climáticos.

 

Los gobiernos deben garantizar que la financiación se ajuste al logro de los rápidos y radicales cambios que se requieren, que impulse la innovación y que no agrave las desigualdades.

Actuar para frenar el cambio climático es asequible y generará un importante ahorro, especialmente si actuamos ya.

Contamos con los recursos financieros necesarios

PUNTOS DE VISTA DE LA OCDE

ARTÍCULO:  Transformative change for a new climate economy

Helen Mountford, Directora del New Climate Economy Project (8 minutos de lectura)

ARTÍCULO: Moving beyond a future of fear and frustration: just transition will enable ambitious climate action

Sharan Burrow, Secretaria General de la Confederación Sindical Internacional (5 minutos de lectura)

PODCAST: The world of climate-friendly business

Bertrand Piccard, Promotor y Presidente de Solar Impulse (14 minutos)

PERSPECTIVAS

25 acciones para llevarnos por el buen camino de aquí a 2025

INFORMAR Y EDUCAR

Los gobiernos pueden ampliar los programas educativos y las campañas de información pública en las escuelas, los hogares, los lugares de trabajo y los ayuntamientos, para crear conciencia e inspirarse mutuamente sobre las medidas que se deben adoptar.

INVERTIR

Los gobiernos pueden financiar la investigación y el desarrollo en el ámbito de la innovación para impulsar tecnologías más ecológicas e infraestructuras limpias, y pueden estimular nuevas actividades económicas.

 

REGULAR

Los gobiernos pueden regular para controlar las emisiones y restringir y prohibir, si es necesario, las actividades contaminantes y los productos químicos que son tóxicos para las personas y el medio ambiente.

ESTABLECER IMPUESTOS Y SUBVENCIONES

Los gobiernos pueden reajustar los impuestos y las subvenciones para promover la transición, por ejemplo, aplicando impuestos al carbono, reduciendo el apoyo a los combustibles derivados del carbono o subvencionando la innovación y la conservación de la energía.

LIDERAR CON EL EJEMPLO

Los gobiernos pueden, a través de sus propias acciones diarias, promover una gestión de las administraciones públicas nacionales y locales que sea responsable con el medio ambiente, así como una subcontratación más ecológica y unas normas de conducta respetuosas del medio ambiente para los funcionarios públicos.

¡Empecemos con 5!

5 sectores económicos

5 instrumentos de política

CONSTRUCCIÓN

Los edificios generan el 6 % de las emisiones directas de gases de efecto invernadero de todo el mundo y un 12 % adicional de estas emisiones por el uso de la electricidad. El sector de la vivienda es responsable de casi dos terceras partes de las emisiones de los edificios, la mayor parte de las cuales deriva de la demanda de energía para calefacción, agua caliente, refrigeración y cocinado de los alimentos. También es preciso reducir las emisiones procedentes de todos los sectores de uso final. Deben reforzarse las políticas encaminadas a mejorar la calidad de los edificios, lo que incluye aislamientos y materiales respetuosos con el medio ambiente.

 

En cuanto a los edificios de nueva construcción, las tecnologías y los métodos de construcción son ahora mucho más respetuosos con el medio ambiente y conllevan una mayor eficiencia energética, y, en muchos casos, los edificios están resultando menos costosos que los construidos de forma convencional. También puede lograrse que los edificios existentes sean más eficientes, mediante trabajos de reforma y acondicionamiento.

 

Además, la ubicación de los edificios es importante en lo que concierne a las emisiones de carbono: una mayor accesibilidad a los servicios y a las oportunidades significa un menor desplazamiento diario. Los espacios verdes cercanos a los edificios ayudan a capturar el carbono, mejoran la calidad del aire y aumentan el bienestar. Esto pone de relieve la importancia que tiene la planificación urbanística, del transporte y del uso de los terrenos a la hora de construir barrios más respetuosos con el medio ambiente.

ELECTRICIDAD

La generación de electricidad es el mayor contribuyente a las emisiones de gases de efecto invernadero, y muchos países siguen dependiendo todavía de los combustibles fósiles, especialmente del carbón, para producir electricidad. Todavía se siguen planificando y construyendo nuevas fábricas de carbón. Las emisiones procedentes de la electricidad aumentaron un 2,5 % en 2018 después de haberse estabilizado en los seis años anteriores, a pesar de las mejoras en la eficiencia energética y de una mayor implantación de las energías renovables. Las políticas que promueven el desarrollo de la electricidad limpia son fundamentales.

 

Las estrategias gubernamentales deben hacer hincapié en la descarbonización del sector eléctrico y ofrecer al mismo tiempo un suministro de electricidad asequible y seguro para todos. Las tecnologías renovables ya compiten en costos con los combustibles fósiles en cada vez más países.

 

La transición a una electricidad baja en carbono debería crear una gran cantidad de puestos de trabajo: solo en 2018, el sector de las energías renovables empleó a 11 millones de personas en todo el mundo.

INDUSTRIA

La industria es el origen del 21 % de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, que están aumentando debido a la urbanización, el crecimiento de la población y un mayor nivel de vida. La mayoría de estas emisiones provienen de las industrias pesadas, que producen acero, productos químicos, combustibles, etc. Estas industrias son difíciles de descarbonizar dada su dependencia y consumo de una gran cantidad de energía.

 

Deben redoblarse los esfuerzos para encontrar y poner en práctica soluciones, ya que el uso mundial de productos básicos como hierro y acero, cemento, aluminio, vidrio, cerámica, productos químicos, pasta y papel y productos petroquímicos se duplicará de aquí a 2060. Los procesos de extracción y explotación minera también conllevan una alta intensidad energética, problema que es preciso afrontar.

 

Va a ser necesario investigar e innovar más. La reutilización y el reciclaje de los materiales, una mayor eficiencia de los procesos de fabricación, la expansión de las industrias de servicios y de las empresas de impresión en 3D ayudarán a reducir las emisiones, al tiempo que debe fomentarse el cambio al transporte, la electricidad y la construcción con bajas emisiones de carbono.

TRANSPORTE

Las emisiones procedentes del transporte por carretera, ferroviario, aéreo y marítimo han crecido más rápido que en cualquier otro sector en los últimos 50 años. Hoy representan aproximadamente el 14 % de todas las emisiones mundiales de dióxido de carbono y suponen el 24 % de todas las emisiones de dióxido de carbono producidas por el ser humano.

 

El transporte depende del petróleo para el 94 % de la energía que consume. Descarbonizar el transporte de pasajeros y mercancías requiere una combinación de políticas que abarcan desde la fijación de precios y la regulación hasta la inversión. También se necesitan tecnologías, servicios, procesos y normas que sean innovadores, para hacer que las alternativas más limpias sean más accesibles y asequibles y para estimular un cambio masivo en el uso de la energía. Un aspecto crucial de este proceso es una planificación integrada del transporte y el uso del suelo que reduzca las distancias entre las personas y las oportunidades y que fomente el transporte público, en bicicleta y a pie.

 

Reducir las emisiones del transporte también mejoraría considerablemente la calidad del aire en nuestras ciudades, en las que actualmente vive más de la mitad de la población mundial. En 2015 unos 3,2 millones de personas murieron a causa de la contaminación del aire, que tiene un gran peso en los costos de la atención sanitaria.

AGRICULTURA

La agricultura utiliza el 40 % de la superficie terrestre mundial y produce directamente el 12 % de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, incluidos el metano procedente de la ganadería y el óxido nitroso que emana del estiércol y los fertilizantes, y otro 9 % procedente de cambios en el uso del suelo, en particular, la deforestación.

 

Prestar especial atención a la agricultura y a los cambios pertinentes en el uso del suelo es fundamental para reducir las emisiones, y puede ayudar a repoblar nuestros bosques y a invertir la pérdida de diversidad biológica. También es posible utilizar terrenos agrícolas para capturar más carbono.

 

Ayudar a la agricultura a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero podría formar parte de los programas mundiales para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible. El sector se enfrenta a cumplir un triple desafío: garantizar la sostenibilidad ambiental y la salud, proporcionar alimentos a un precio asequible y, por último, garantizar la existencia de medios de subsistencia satisfactorios para los agricultores y las comunidades donde viven Para lograrlo, será preciso adoptar medidas a nivel local y nacional y establecer una cooperación a nivel mundial.

Estas soluciones abarcan desde la regulación, los impuestos relacionados con la energía, los precios del carbono y los incentivos gubernamentales para la tecnología verde, hasta la inversión pública y privada en infraestructuras resilientes y bajas en carbono, la responsabilidad corporativa y las decisiones individuales sobre el estilo de vida.

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Centrándonos en los 5 sectores que producen más emisiones de carbono y utilizando 5 instrumentos de política concretos, elaboramos un listado de 25 medidas de política que pueden puede estimular una acción climática fuerte de manera coherente y justa, y llevarnos por un buen camino de aquí a 2025.

Ya podemos actuar para superar algunos desafíos, por ejemplo, eliminando las perjudiciales subvenciones a los combustibles fósiles y poniendo precio al carbono, también en los vuelos y en las travesías marítimas internacionales.

Otros desafíos requieren innovación tecnológica para, por ejemplo, gestionar mejor los sistemas energéticos. Muchos desafíos implicarán una serie de arbitrajes de los responsables de la acción pública, pero todas tienen solución.

Ya tenemos muchas de las soluciones que necesitamos para empezar a descarbonizar nuestra economía actual.

Disponemos de las herramientas y de los conocimientos necesarios para conseguirlo

Centrando nuestros esfuerzos en estos 5 sectores, podemos reducir las emisiones en el origen, liberar nuestro mundo de los combustibles fósiles y hacer que la transición a la energía limpia sea lo más asequible, justa y fluida posible.

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Los países de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) siguen dependiendo en gran medida de los combustibles fósiles para satisfacer el 80 % de sus necesidades. Esta situación tiene que cambiar.

 

Para cumplir los objetivos del Acuerdo de París, hemos estimado que las inversiones mundiales en infraestructuras de energía limpia deben alcanzar cada año unos 6,9 billones de dólares de los Estados Unidos. Esta cifra supone solamente un 10 % más que en las circunstancias actuales dominada por los combustibles con alto contenido de carbono, como el carbón o el petróleo. Además, este aumento podría compensarse con el ahorro de combustible, que ascendería a 1,7 billones de dólares de los Estados Unidos en 2030.

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Por tanto, todos los países pueden considerar viable invertir menos en combustibles fósiles y más en alternativas de energía limpia.

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Por otra parte, las inversiones públicas y privadas deben canalizarse en favor de la producción con bajas emisiones de carbono, las tecnologías resistentes al clima y las infraestructuras sostenibles.

Sabemos que la agricultura, la construcción, la electricidad, la industria y el transporte son las principales fuentes de emisiones de gases de efecto invernadero.

Centrándonos en 5 sectores económicos podemos reducir hasta el 90 % de las emisiones de carbono

DATOS:  OECD Environment at a Glance Indicators (2019)

PUNTOS DE VISTA DE LA OCDE

PODCAST: Reducing emissions will immediately make us healthier

Rich Fuller, Fundador y Presidente de Pure Earth
(17 minutos)

SDG PATHFINDER: Acceda a análisis y datos adicionales para informar la acción sobre el cambio climático.

VÍDEO: Climate change is within our control

David Wallace-Wells, periodista y escritor, “El planeta inhóspito” (48 segundos)

PERSPECTIVAS

El planeta se está calentando más rápido de lo que nadie esperaba. Muchos científicos estiman que el planeta se habrá calentado al menos 1,5 grados Celsius de aquí a 2050, o incluso antes, con respecto a los niveles preindustriales.

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Semejante panorama resulta insostenible para nuestro bienestar o prosperidad. Pero no es inevitable. Sabemos cuál es la causa del cambio climático y disponemos de las herramientas necesarias para reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero. Podemos y debemos actuar ya.

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Casi tres cuartas partes de las emisiones de dióxido de carbono provienen de la actividad humana, y recientemente han empezado a aumentar otra vez. Otros gases de efecto invernadero, como el metano y el óxido nitroso, también van aumentando. La actividad humana es la principal causa del cambio climático. Pero también es el origen de la solución.

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Además, la acción climática mejorará nuestro bienestar de muchas otras maneras, porque nos permitirá desde disfrutar de un aire más limpio y una dieta más saludable hasta reducir el tiempo que pasamos en los atascos de tráfico. El transporte limpio y los espacios verdes liberarán nuestras ciudades congestionadas, el teletrabajo hará que desplazarse sea una opción en lugar de una obligación y se crearán nuevas oportunidades, empleos y negocios.

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Ya estamos viendo señales de progreso en todo el mundo. Ahora debemos lograrlo en beneficio de todos.

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El cambio climático es una amenaza para todos nosotros, lo que hace que la cooperación internacional sea tan esencial. Los gobiernos, las empresas y los ciudadanos deben trabajar juntos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en el origen y conseguir además que todos, en particular las poblaciones más pobres y vulnerables, nos beneficiemos al mismo tiempo.

El cambio climático ya está afectando a nuestras vidas y medios de subsistencia en todo el mundo. Con medidas urgentes y decididas, podemos hacer frente al cambio climático y crear un mundo mejor para nuestros hijos.

Actuando ahora, podemos mejorar nuestra salud, bienestar y prosperidad

INFORME:  Making a green recovery work for jobs, income and growth (2020)

 

INFORME:   Building Back Better: A Sustainable Resilient Recovery after COVID-19 (2020)

INFORME: COVID-19 and the low-carbon transition: Impacts and possible policy responses (2020)

 

DATOS: OECD Fossil fuels support 2019

PUNTOS DE VISTA DE LA OCDE

Towards a smart recovery for a greener future

Claire Waysand, Directora Ejecutiva interina, ENGIE

This convergence of crises calls for a convergence of solutions

Helen Mountford, Vicepresidenta para Medio Ambiente y Economía, World Resources Institute

Now is the time for a strong, sustainable and inclusive recovery

Nicholas Stern, Presidente del Grantham Research Institute on Climate Change and the Environment, Reino Unido, y Dimitri Zenghelis, Asesor Senior del Wealth Economy Project

PERSPECTIVAS

La pandemia nos ha mostrado la importancia de estar preparados para cuando las crisis golpean. También nos ha enseñado que posponer la toma de decisiones valientes puede implicar enormes costos. No estábamos preparados para la crisis del COVID-19 y lo estamos menos aún para las inminentes consecuencias de desafíos persistentes y cada vez más graves como el cambio climático, la destrucción de la biodiversidad, la contaminación atmosférica que acorta la vida y la acidificación de los océanos.

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La crisis ha puesto de manifiesto que nuestras pautas de consumo pueden ser más frugales y guardar mayor correspondencia con los objetivos medioambientales. Esta crisis ha recortado temporalmente las emisiones de CO2 y la nociva contaminación procedente del transporte y de la actividad industrial.

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Hemos de garantizar que la recuperación pos-COVID integre las medidas para promover la inclusión con las acciones climáticas y en materia de biodiversidad; de lo contrario, las futuras generaciones no sólo tendrán que reembolsar la enorme deuda que se está acumulando ahora, sino que también tendrán que soportar la carga de capear futuras crisis relacionadas con el cambio climático y la pérdida de biodiversidad. La pobreza y la desigualdad de rentas pueden limitar seriamente sus oportunidades de resurgir con más fuerza en el mundo posterior a la pandemia del COVID.

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Debemos aplicar las lecciones aprendidas de otras crisis para acelerar una recuperación justa y baja en carbono. Esto significa integrar sistemáticamente las consideraciones ambientales y de equidad en el proceso de recuperación económica.

Los gobiernos disponen de una oportunidad única, que deben aprovechar para instrumentar una recuperación verde e incluyente. Una recuperación que no solo provea de rentas y puestos de trabajo, sino que además incorpore objetivos más amplios relacionados con el bienestar, acciones firmes en materia de medio ambiente y biodiversidad y que genere resiliencia.

Una recuperación verde en la era de COVID-19

Para más información sobre la recuperación de la COVID-19, consulte nuestra plataforma Para una recuperación resiliente

AQUÍ ESTÁN LAS 25 ACCIONES CLIMÁTICAS QUE NOS PUEDEN PONER EN EL BUEN CAMINO DE AQUÍ A 2025

> Es hora de cumplir los compromisos climáticos.

> Es hora de cumplir los compromisos climáticos.

> Contamos con los recursos financieros necesarios.

> Contamos con los recursos financieros necesarios.

> Disponemos de las herramientas y de los conocimientos necesarios para conseguirlo.

> Disponemos de las herramientas y de los conocimientos necesarios para conseguirlo.

> Centrándonos en 5 sectores económicos podemos reducir hasta el 90 % de las emisiones de carbono.

> Centrándonos en 5 sectores económicos podemos reducir hasta el 90 % de las emisiones de carbono.

> Actuando ahora, podemos mejorar nuestra salud, bienestar y prosperidad.

> Actuando ahora, podemos mejorar nuestra salud, bienestar y prosperidad.

Una recuperación verde en la era de COVID-19

Una recuperación verde en la era de COVID-19

PUEDE CAMBIAR NUESTRAS VIDAS PARA MEJOR

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Actualizado septiembre 2020